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Los empleados de la Oficina de regulación de sustancias intoxicantes se encargan de gestionar y regular el consumo de sustancias tóxicas (drogas mágicas).

Atribuciones y funciones[]

  • Mantener (o tener acceso, al menos) a un registro actualizado de los negocios de ingredientes y pociones.
  • Realizar inspecciones en los negocios dedicados al rubro para verificar la legalidad de sus productos (no hacen controles de calidad ni cosa parecida, sólo verifican que todo sea de distribución aprobada) y en el caso de las sustancias reguladas, verificar que se esté siguiendo la normativa en su distribución.
  • Mantener una lista actualizada de las sustancias/pociones intoxicantes y su rango de legalidad
    • Sustancias ilegales (nadie puede distribuirlas, nadie puede usarlas)
    • Sustancias tóxicas utilizadas por instituciones (sólo pueden ser distribuidas a/producidas por ciertas instituciones que requieren su uso con precaución. Por ejemplo, algunas sustancias venenosas que se utilizan en San Mungo para investigación o en tratamientos,  o en Hogwarts para fines educativos.) 
    • Sustancias intoxicantes utilizadas por otros magos (sólo pueden ser distribuidas a/producidas por personas específicas que tienen un permiso, para fines educativos, médicos o de investigación).
    • Sustancias reguladas (pueden ser accesibles para el público, pero sólo en cantidades razonables, ya que el exceso es lo que causa problemas. Por ejemplo, el Felix Felicis)
  • Tramitar permisos para uso de sustancias intóxicantes (a instituciones o individuos, es un trámite largo que requiere todo tipo de verificaciones)
  • Realizar inspecciones para verificar que los magos e instituciones con permisos estén cumpliendo con los requisitos.
  • Recibir y verificar los reportes sobre el uso de sustancias por las instituciones/magos con permiso.
  • Recibir las denuncias sobre la distribución no permitida de sustancias intoxicantes.
  • Informar a la  Brigada de aplicación de ley mágica sobre cualquier violación al reglamento. En algunos casos, debe informarse directamente al Director del departamento de seguridad mágica.
  • Informar al público sobre la normativa. Educar para prevenir las infracciones y sus consecuencias.

Relación con otras secciones del ministerio[]

La Oficina de regulación de sustancias intoxicantes responde al director del Departamento de Seguridad mágica

Trabaja en colaboración con varias entidades de ese departamento, sobre todo con la Brigada de aplicación de ley mágica, y en menor medida con los aurores y milicianos. En situaciones excepcionales, puede que colabore con otros escuadrónes.

En más de una ocasión, requiere cooperar con otros departamentos, pero los canales de comunicación para eso no están muy bien establecidos lo cual puede causar complicaciones y demoras.

Fuera del ministerio, tienen que tratar con el área de envenamientos en San Mungo. Cuando eso ocurre a menudo es porque ya alguien metió la pata en una inspección así que suelen ser momentos de tensión. 

Instalaciones[]

Los oficiales de sustancias intoxicantes se pueden dar el lujo de decir que su oficina es más grande que la de los que vigilan el uso indebido de artefactos muggles, pero no es la gran cosa tampoco. Al menos cada quien tiene su escritorio,  y hay una pequeña área de espera, no demasiado acogedora, para los que vienen a hacer trámites.

Esa pequeña puerta que parece dar a un armario... sí da a un armario: uno muy extenso, dónde se almacenan sustancias decomisadas: a la derecha van las que se eliminarán, a la izquierda las que deben entregarse a otros departamentos para su investigación o como evidencia. Probablemente haya algún tipo de lógica en la forma en la que se organizan, pero... bueno, al menos tienen etiquetas. Solamente el personal autorizado puede abrir el armario, por supuesto.

También esos pequeños archivadores del rincón (obviamente con un encantamiento para almacenar más papeleo del que parece) sólo pueden ser abiertos por los oficiales de sustancias intoxicantes... o por un mago muy poderoso que esté determinado a sacar algo de ahí, claro, pero no entremos a esos asuntos.

¡No! La cafetera no es para las visitas. Creanme es por su bien. Quien sea que haya hechizado ese artefacto es el peor cocinero del mundo o tiene algo en contra de los oficiales que trabajan aquí. Pero al menos los mantiene despiertos (y no hay nada de ilegal en esto, el café es una droga muggle).

Sólo hay dos ventanas. Nadie quiere los escritorios cerca de ellas porque a pesar de no ser un contacto real al exterior, a menudo dejan entrar una corriente de aire, muy fría o muy caliente, y lo bastante fuerte para poner a volar el papeleo alrededor. Verlas desde lejos es agradable, sin embargo. (Una es la vista de la sala de espera, probablemente el que estaba diseñando la oficina si sabía lo que hacía).

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